¡Holii!
Hoy vengo con una nueva reseñita. En este caso se trata del primer libro que he leído de #AliceKellen, publicado por #Planeta, y tengo sentimientos encontrados. Lo leí con mis locas y sufrimos pero a lo grande (aunque hay algunas que no lo veían para tanto, pero una es llorona y no puede evitarlo).
Me esperaba una novela romántica, ñoña y algo tristona pero me he encontrado un dramón que me ha tenido con un nudo en el pecho prácticamente todo el libro.
El DRAMA comienza al final del primer capítulo: Sophie pierde al amor de su vida,Simon (no es spoiler, en la sinopsis sale). Tras su pérdida, acompañamos a Sophie en su duelo, vamos pasando por todas las etapas hasta que poco a poco y gracias a sus amigos, su familia y su trabajo va saliendo del pozo.
La historia está narrada en dos tiempos: por un lado tenemos el presente y por otro volvemos al pasado y vemos cómo se conocieron Simon y Sophie y cómo fue su relación. Ambos tiempos están narrados desde el punto de vista de Sophie. Gracias a esto, podemos conocer mejor a los personajes y vamos viendo su evolución a lo largo de la lectura.
Quiero destacar que me ha gustado mucho cómo el trabajo de Sophie forma parte importante de la trama ya que trabaja en una editorial infantil y yo, como buena amante de los libros y estudiante de producción editorial, es un aspecto que me pierde, además de un elemento clave para la evolución de la protagonista.
Sophie, dentro de su depresión, empezará a acercarse más a su hermana y, a pesar de lo diferentes que son, congenian muy bien y acaba sorprendiéndose y descubriendo una bonita amistad.
Por otro lado tenemos a Koen, el mejor amigo de Simón. Sophie sólo se siente ella cuando están juntos, siente que él es el único que la entiende, con quien puede expresar su tristeza sin miedo a que la compadezcan o la digan que ya es hora de pasar página. Juntos recordarán cómo era la vida cuando estaba Simón, y eso, los irá acercando poco a poco. Este aspecto es uno de los que menos me ha gustado pero porque ha sido muy predecible, bonita y de superación, pero predecible.
La manera de escribir de la autora es muy tierna, se nota que escribe desde el corazón dejándonos frases y momentos en los que tienes que parar y ponerte a pensar. Por este motivo y por el sufrimiento que he pasado leyendo el libro, tengo dudas respecto a leer más cosas suyas, por un lado sí que quiero porque de verdad que es bonito a rabiar, pero por otro…o preparo muchos pañuelos o lo llevo mal.
El libro en sí viene muy bien para ver cómo podemos superar la pérdida, cómo cada persona lo gestiona de una manera y sobre todo nos enseña que, a pesar de los obstáculos que nos ponga la vida, podemos salir adelante. También nos enseña que no pasa nada por estar triste, no pasa nada por pedir ayuda a las personas que te rodean, no pasa nada si en algún momento de la vida no eres todo lo fuerte que se espera de ti. Todos necesitamos tiempo para nosotros mismos, para afrontar situaciones que nos superan, y no pasa nada por pararnos un momento, coger aire, replantearnos todo y seguir adelante.
Y con todas estas enseñanzas, mientras os escribo esto, creo que leer a Alice Kellen en momento de crisis, de dudas, de traumas, puede hacer bien. Aunque es muy posible que primero te limpies bien por dentro y acabes soltándolo todo, hecho que muchas veces es más necesario de lo que pensamos y no solemos hacer mucho.
Con todo esto, creo que sí, que volveré a leer algunas de sus obras para poder ver la vida de otra manera cuando lo vemos todo negro.
Si os gustan los dramas, las novelas de superación y los libros que te remueven por dentro, Alice Kellen es vuestra autora. Sin lugar a dudas.
Gracias por llegar hasta aquí. Nos vemos entre mis estantes.